Muy pocas cosas son las que se pueden sacar como beneficio por esta dichosa crisis que está afectando al mundo entero, pero sí que hay al menos una (que recuerde).

En estos tiempos "malos" se ha vuelto a llevar mucho lo de hacer reuniones caseras con amigos y familiares, ha vuelto la convivencia.

Hemos pasado muchos años que cuando llegaba el jueves estábamos desesperados por empezar en "finde" de marcha. Si nos paramos un poco a pensar, están los amigos "de copas", esos con los que sueles quedar siempre para irte de marcha después de la cena. Son las 12 de la noche y sales directamente a cualquier garito o discoteca y realmente lo que menos hacíamos era comunicarnos entre nosotros, no porque no lo intentemos, sino porque no nos escuchamos, eso sí, los gestos los hemos aprendido muy bien.

Después tenemos esas otras amistades, que tambíen son compañía cuando te vas de fiesta, con la que sueles quedar para tomar un cafe, comer, cenar, pasar un domingo o visitar cualquier lugar. Pero, hablo por mi propia experiencia, no es la misma convivencia que ahora.

Con esta crisis los grupos se juntan en cualquiera de los pisos, donde se prepara la cena, se habla, discute, se monta cualquier bulla por el tema que sea, después llegan las copitas y si apetece, se sale a mover el cuerpo o te quedas en casa y sacas esos juegos que sólo salen en las navidades.

Pues no sé que deciros, me gusta mucho este tipo de reuniones.